miércoles, 24 de febrero de 2016

A juego con la fiestita...


Acorde con los fiestorros que nos llevan... sumergido en el tumulto del «yo también...», el viernes pasado, -menos mal que pasó-, en el cole dimos rienda suelta a don carnal, este año, no sé si ya habrá ocurrido, íbamos de «El mundo de la tele»...
Todos nos pusimos a faena, preparamos disfraces, -echando tardes como nunca-, canciones piconas o no y el gran coso, con gala incluida...
Contar que, antes de la fiestita, hubieron tortitas de carnaval y chocolatito bien calentito. Luego, a barriga llena, nos fuimos a cantar, con su orden requerido, todo el mundo.
Disfrazados unos de Pica-Piedra, otros de Mandos a distancia; algunos de Master Cheff y nosotros de Miniums -o como se diga, hicimos las delicias de familias y todo el que se asomaba por la curiosidad del ruido musical.
Luego, el tiempo, mal aliado, hizo que se suspendieran cabalgata y entierro de sardina... ya le daremos sepultura, ¡el día menos pensado!

martes, 9 de febrero de 2016

Buscando su espacio...


¡¡¡Rosa!!! -gritó el aire-, ella, engalanada de colores, no hizo caso a la llamada. ¿Para qué?, le bastaba ser como era, bella, el aire -sin darse por vencido- volvió a la carga, pero otro aire, más fuerte, ahogó y borró su grito... Rosaaaa... se llevaron los últimos resoplos de la brisa.
Ella quedó, aferrada a su tiempo, esperando momentos de verse, aún, más bella. Sentir como sus pétalos inundaban el espacio... el aire calló... ya no se escucha nada.
Allí sigue, hoy abierta, cumpliendo su rito, atraer para que su polen viaje a otros lares, a ver a otras rosas... majestuosa, llena de bellos colores...
Y Rosa, espera... ya no queda aire que la llame, ni soplo que la mueva... sólo ella, con su rosa.

jueves, 4 de febrero de 2016

De mañanita... a su antojo...


Era -como ves-, esa hora muy de mañanita; a lo lejos, sale, como del agua, luminoso, como cada día, llenando, a bocajarro, el manto, a poco antes, era de la noche.
Merece -como sabes-, parar, clic-clac, luego... ¡ya veremos! Bellísima y majestuosa puesta en escena, todo conjuntado, nubes, agua... paisaje de lujo.
Ahí -lo que ves-, luego se fue agrandando, haciendo más hermoso, abriendo el día... iluminando -a su antojo-, cualquier resquicio, llenando -multicolor-, el gran espacio.
Luego -implacable-, el reloj... ¡ya no llego!