(Sacada de Fuerteventura en imágenes)
Pueblo de gente que vive de la mar, refugio de turistas veraniegos y asentamiento de algunos cafetines que en horas de fajina, cultivan las costumbres del «caldo de pescado», donde el mero es el auténtico protagonista del ágape.
Poco más, sólo visitarlo y disfrutar de su belleza, impregnarse de la tranquilidad y la sensación de inmensa soledad que respira. Y si, por una casualidad, disfrutar y dejarse llevar por su vieja costumbre.