jueves, 13 de junio de 2013
Sombras en la China...
En el aire volaban los acordes de esa canción no pasada de moda, que el gran maestre, con voz dulce, pícara, entre quebrada, y mucha delicadeza pintaba en la pared; contando que manos expertas al trasluz de una vela hacía bailar otras manos que dibujaban gansos, perros, y hasta héroes y villanos.
Hablaba de un hombre que había venido del sur, con manos llenas de sombras, con sombras llenas de sueños.
En otro entre tanto, la tarde caía, cada quién, a su modo, tarareaba el estribillo, con acertada, o no, letra... Deseando, con mucho, ser el dibujador, de sentimientos; comunicador de deseos y anhelos. El fondo de la gramola, seguía lanzando más y más acordes:
Sombras de la China
sombras de la China,
ve a correr la libre por la cortina...
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Poderosa poética J. Gerardo. Las sombras, las luces, la dualidad.
ResponderEliminarSaludos.
Recuerdo de pequeña a un espectáculo de sombras chinas que me llevaros mis padres al Teatro Guimerá y aluciné, tanto que estuve días obsesionada con las sombras, las figuras, las formas... aquello era pura magia manual.
ResponderEliminarGracias por transportarme a aquellos días.
Besos sombreados.