En un rincón, de un viejo vinilo sale una música impreganda de mil recurdos, de cuando era, por decirlo, algo más joven...
Recuerdo como -por enésima vez- nos sentábamos y hablábamos de proyectos, cientos, ideas que vendrían o no, anhelos, ilusiones...
Mientras, las notas de nuestra canción preferida, alegraban esos momentos, a cada una le poníamos un acontecimiento, amores no correspondidos, declaraciones rechazadas, y -algunos-, comentaban como habían triunfado, o no... -mentiras de valiente-.
En otros momentos, alguien sacaba un cigarro, y, con desespero, lo compartíamos como si fuese lo último que íbamos a hacer en nuestras vidas, luego corríamos a lavarnos las manos y la boca, ¡bah!, ¡si me pillan...! me temo lo peor...
Acabado el festín nos íbamos a la calle, a corretearla, y cuando había dinerillo, a la disco, a probar suerte... -tardes de domingo-.
Ufff pues a lo mejor no hemos cambiado tanto jajajaja.
ResponderEliminarGUILLE: Pues a juzgar por la cantidad ingente de comentarios, nos acordamos muchos... je je
ResponderEliminar