miércoles, 26 de junio de 2013

Las que por la puerta asoman... si quieren...


A tiro de día y poco más, ¡uf! ¡por fin! No sé si ha sido largo, o se me ha hecho largo; entre ambas está el dilema. Tengo mil y un planes, desde no hacer nada hasta tirarme panza arriba, de todo... dejar que "el lorenzo" achicharre mis chichas, que el agüita, aunque sea de botella, las moje y que el «sabio protector» me embadurne... ¡lo de siempre!
Prometo, que sé que no lo voy a cumplir, encender poquito el ordenata, sólo para mirar los correos, echarle el cierre, para que descanse de mi y se tome sus voltiovacaciones. 
Retomar la lectura, se me apilan los libros no leídos, y los que dejé a medias, más alguno que amablemente se pegue de mis manos en la tiendita de turno.
Y otras cosas, pero sobre todas descanso; que merecido lo tengo.
Y para no cansar, desearles a todos más de lo mismo, y pedirle al sol que tuestee un poco más a algunos, sin entrar en detalle, a ver si cogen tino y podemos salir de esta...
Que no quede por pedir...

jueves, 13 de junio de 2013

Sombras en la China...


En el aire volaban los acordes de esa canción no pasada de moda, que el gran maestre, con voz dulce, pícara, entre quebrada, y mucha delicadeza pintaba en la pared; contando que  manos expertas al trasluz de una vela hacía bailar otras manos que dibujaban gansos, perros, y hasta héroes y villanos.
Hablaba de un hombre que había venido del sur, con manos llenas de sombras, con sombras llenas de sueños.
En otro entre tanto, la tarde caía, cada quién, a su modo, tarareaba el estribillo, con acertada, o no, letra... Deseando, con mucho, ser el dibujador, de sentimientos; comunicador de deseos y anhelos. El fondo de la gramola, seguía lanzando más y más acordes:
Sombras de la China
sombras de la China, 
ve a correr la libre por la cortina...

sábado, 1 de junio de 2013

En arte mayor...


Levantada de volcanes, riscales, picos, macizos, barrancos que se pierden en el infinito, serpientes de asfalto que la cruzan, pagos, caseríos, estanques, terrazas de cultivo y gentes que la aman y trabajan.
Como vigía eterno nuestro roque, el Nublo, mil veces cantado, bautizada piedra lunar por aquellos que entonan su himno, admirado, escalado e inmortalizado tras otros tantos objetivos, estampa de Gran Canaria, lo más alto tocando el firmamento, transmisor a faycanes, menceyes, de nuestro vivir, de nuestros ruegos, de deseos a la espera de cumplir.
Pero, por muchas cosas, bello, digno de respeto y culto, riscales, picos, roques, nubes y sentimientos, cantos que suben desde el mar hasta la cumbre salientes del corazón de sus gentes...