martes, 23 de junio de 2015

Noches de San Juan... fuego y poesía...


Dos grandes amigos hacen magia en las vísperas...

En la noche de San Juan

yo he volado junto a ti...
y entre caricias y besos
yo tu fuego prendí.
Recostados sobre la arena
hemos bailado abrazados
quemándonos las brasas
de un amor dulce y apasionado
bailamos al compás
del repiquetear de tambores
haciendo aún más arder
la llama de nuestros ardores.
Tu corazón he hecho latir
y cual niño traviesamente feliz
te he cogido en mis brazos
arrullándote en mi regazo.
En una noche de San Juan
termino dándote tiernos besos
en tus ya sofocados labios.
Lo que hace una noche de San Juan...
Mi imaginación voló
pero después de manera precipitada
en sus letras caí.
Yo no sé que pasó
sus letras de esta manera desordené...     Échale la culpa a San Juan
En la noche de San Juan
y entre caricias y besos
yo tu fuego prendí.
Recostados sobre la arena
hemos bailado abrazos
quemándonos en las brasas
de un amor dulce y apasionado
bailamos al compás
del repiquetear de tambores
haciendo aún más arder
la llama de nuestros ardores.
Tu corazón he hecho latir
y cual niño traviesamente feliz
te he acogido en mis brazos
arrullándote en mi regazo.
En una noche de San Juan
termino dándote tantos besos
en tus ya sofocados labios.
Lo que hace una noche de San Juan...
Mi imaginación voló
pero después de manera precipitada
en sus letras caí.
Yo no sé que pasó,
sus letras de esta manera desordené...    Échale la culpa a San Juan

sábado, 20 de junio de 2015

Tengo, tengo... tengo un amigo...


Tengo, tenemos todos tienen un amigo, que cada mañanita, cuando el gallo aún está quitándose los plumones, cámara en mano y más ganas que voluntad, se echa a la avenida, clic aquí, clic allá, y, cada día, poquito a poco nos va poniendo esa imagen de nuestra playa, "Las Canteras", que de otra manera seríamos incapaces de ver.


Todavía quedan restos de humedad
sus olores llenan ya mi soledad
en la cama su silueta
se dibuja cual promesa
de llenar el breve espacio en que no estás
Allí juegan los ocres, con los dorados del primer sol, con el apagado gris azulado del mar que la baña, las rocas juegan a hacer cuadros imposibles, figuras de otrora monstruos marinos que, a lo mejor, ni tan siquiera se imaginaron. Las nubes cubren, manto tupido, el lugar... el mar, calma, baña, ola con ola la arena.
Todavía yo no sé si volverá
nadie sabe al día siguiente lo que hará
rompe todos mis esquemas
no confiesa ni una pena
no me pide nada a cambio de lo que dá
En la lejanía, siluetas de montañas, cortan el paisaje, limitando la escena, para no perderse tanta belleza, que nos hace volver la vista al principal motivo... en medio "la barra", monumento pétreo que surge de las profundidades, que, a marea vacía, invita a visita y baños con saltos a la aventura.
Suele ser violenta y tierna
no habla de uniones eternas
más se entrega cual si hubiera
sólo un día para amar
Y ¿qué contar del artista? que, con férreas ganas, pasa esos momentos peléticos de las horas matutinas, buscando con su objetivo ese encuadre... ¡bien por su quehacer!, para luego, en los medios de las redes poner las instantáneas y, por qué no, ponernos los dientes de a kilómetro a los que no tenemos la suerte de poder verla in situ, por motivos emigratorios.
No comparte una reunión
más le gusta la canción
que comprometa su pensar
Y así, un día y otro... bellas imágenes, juego de luces, colores suspendidos en el viento, formas que se dibujan entre las olas; mañana, tempranito, otra... ¡qué buena gente!

Todavía no pregunté: Te quedarás
temo mucho a la respuesta de un jamás
la prefiero compartida
antes de vaciar mi vida
no es perfecta más se acerca a lo que yo
simplemente soñé...
Música se mezcla con imágenes, la playa, un sueño lleno de momentos... agua, espuma, sal... y arena.

(Letra de Pablo Milanés: El breve espacio en que no estás)

lunes, 15 de junio de 2015

«La dama»... desde el lienzo...




Algunos días, no sabemos si de mañana o tarde, con o sin sol, siempre dispuesto; nuestro pintorcete, caballete al hombro, en las manos lienzos y la cajita mágica que da las luces y las sombras, se iba a su minarete preferido, mudo cómplice y testigo de su buen hacer, a darle, pincel en mano, unos coloretes por aquí, ocres por allá, azules de cielo en día destemplado, y una luz casi tenue.
Trazo a trazo, la iba pintando, con paciencia, con cariño, pensando en lo que, nosotros admiradores incondicionales, disfrutaríamos admirando su obra.
Así, de a poquito, la fue plasmando..., hoy, la vemos acabada, en el lugar de honor que le corresponde... «la dama», vigía del norte...; pincelada a pincelada, plasmada queda... bella, imponente...