lunes, 21 de abril de 2014

Y el libro conoció a rosa...

(De San Google casi bendito)

Él, libro, abrió sus alas, y un dulce aroma impregnó sus hojas,  sin pensarlo quiso ser ella, pero sólo podía contarle cosas, mil cosas, sueños, aventuras, historias, relatos perdidos en el tiempo...
Ella, rosa, quiso ser él, aprenderse todas y cada una de sus palabras, para repartirlas en el viento, pegadas a las patas de los insectos que la rondaban, pero sólo aprendió se su propia historia.
Y en un momento, ambos fueron uno..., el tiempo se llevó el aroma, las palabras quedaron esperando uno, mil, otros aromas, de otras rosas..., como ella...

jueves, 3 de abril de 2014

Volando en la espuma


Colgado de una ola, salpicado de millones de gotas, resbalando en su espuma, no corriendo, cabalgando en su cresta, ¡rápido!, cada vez más rápido. Sintiendo como el viento te mece, como la fuerza infinita de ese amasijo de cosas, hace que lo disfrutes, te invita a buscar más.
Una ola, otra, y miles más... nadar deprisa sobre la tabla, buscando la mejor, la que más lejos te lleve, la más atrevida... subir, navegar, caer... sentir su energía... Tabla, agua, tú... todos en uno...
Luego, volver, ¡a por otra!, echarle un buen rato, y así dejar el momento meciéndose en un haz de espuma... Y verte volando sobre ella, pájaro, pez, gota, viento...