viernes, 27 de noviembre de 2015

Crónica de una puesta en escena



Con un redoble de "caja", tintineo de mil campanillas, golpes de latidos, repiques de teclado y, en sinfín, sonidos al azar, ¡¡¡tachammmmm!!! abre sus puertas la enésima. Allí colgadas, pinturas de todos los tiempos, a cuál más vistosa, a su mejor colorido, con todas las ilusiones... todas sus obras, tiempo de composiciones.
En un lugar, no sé si de privilegio, está colgada, "Mariquita la conejera", (o, ¿sería más propio "la majorera"?), nombre que se le diera en tarde de admiración, privilegio que me diera su creador, ocres colores, mirada de espera, honores concedidos. 
Bella composición, campo, personas y atardecer; mezcla de lo cotidiano, como centro su rostro, ajado por el paso de la vida, con esa mirada de... ¡¡¡el tiempo pasa!!!, todo en mezcla, repito y me redigo, bellísima.
¡¡¡Suerte mi pintor amigo!!!, ojalá y tengas que salir, pitando, a pintar más porque se te acabó el género.
Aquí te dejo a «tu» Mariquita, "la conejera" (¿o majorera?).

lunes, 2 de noviembre de 2015

Amanece...esperando...


Otro día de partida... ¡y van...! Mientras espero su salida, camarilla en mano: clic-clac, entra por su ojo el amanecer, no más claro ni más luminoso, sólo uno más, tan bello como ayer, quizás menos que mañana, pero... ¡ahí queda!
Luego de un puentillo, disfrutado, vuelta a donde mismo lo dejábamos, barco, sueño, gente adormilada, asomados a la baranda, asiendo el último "cachito" de la tierra que dejamos.
Él se va levantando, sin prisas, lleva mucho tiempo repitiendo el rito, y el día va aclarando, sueños de poetas...
Todo es un continuo, y a la que te ves, navegando... rumbo a tierras majoreras... mañana, vuelta a la escuela...