lunes, 26 de agosto de 2013

Caminando sus calles...


En esa hora de la buena mañana, cuando investido de deportista al desuso te echas a la calle con ganas de dar un paseo, no para bajar, sino para que no te suban más los niveles..., te encuentras a vista de caminante con imágenes que habrás visto mil y una vez, pero que nunca te has parado a contemplar con el debido detenimiento; sacas el artilugio ese que además sirve para hablar y... cilc... la recoges, quizás no es la mejor, ni tan siquiera la definitiva, pero..., ¡ahí está! con su siglo y pico de historia, hermosa, maravilla salida de la mano del hombre, piedra sobre piedra, testigo mudo, o no, de la vida de sus ciudadanos.
Otro día la veremos, desde otro punto de vista, con otros tonos, pero siempre es la misma, la nuestra, la que ha recorrido miles y miles de carretes de otras tantas cámaras, que la han parado en el tiempo, cada una más bella que la anterior, pero todas parte de su majestuosidad.
Podría perderme, contando cosas, desde cuando era un chiquillo y corría en sus alrededores, pero es mejor mirarla, ver parte de su peculiar encanto, petreo, pero encanto.

lunes, 19 de agosto de 2013

Una mirada en las vacaciones...

Aún disfrutando de unos días de vacaciones tirado al sol, sin más preocupación de que no falte el protector... (y la birra), cuando salimos a dar ese vueltón por los distintos parajes, nos encontramos, tirada al sol, al lado de la arena rubia, la tan traída y llevada, nombrada y renombrada, cuidada en partes que en otras no, la charca de Maspalomas; esa que un día un adelantado (como dicen en el "Chicha") dictó una ley que la protegiera, y convirtiera en un ecosistema en el que, si te acercas, ves como fluye la vida; humedal al que se acercan garzas, patos y otros pajaretes a mojar su seco pico y ver cuál es el menú del día.
Claro que... el motivo de las vacaciones no era ese, pero cuando estás cerca, la ves, y casi te conviertes en parte de ella, contemplando casi en primera fila, el tal cachito de naturaleza, aflora esa profesión que algunos llevamos dentro, y algo me pide sacar el móvil, clic-clac y parada en un instante.
Se la ve bien, sana, podía estar mejor, sobre todo en los bordes que se acercan a la avenida que discurre por uno de sus lados, pero así son las cosas.
Dejo aquí ese momento por si alguien quiere disfrutarla.

martes, 6 de agosto de 2013

Pintando nuestro verano...

Buceando en la red, me he encontrado esta camiseta que sé que ahora mismo no me cabe, pero que me viene al pelo para dar un apunte climatológico que, todos los que vivimos por aquí conocemos, siempre se apunta al nuestro particular verano de norte... «la panzaburro», cúmulo de nubes que el alisio trae y que se queda aparcado en la zona de umbría de cualquier isla que montañee algo.
Esta panza, llenita, nos deja algún que otro chubasquete a destiempo, nos enfría las mañanas y hace las idas a la playa acrecentadas de mala gana.
Las camisetas eran de varios colores, hay hasta quien, con buen sentido del humor, las fabrica y vende, y nosotros, la lucimos después con alegría y orgullo, la panza de burro es una seña de nuestra identidad; nos pasamos medio verano con ella, y luego, justamente cuando tenemos que empezar a currar, va y se vuelve, ¡menuda...!
En fin, cada año igual, no me quejo, pero a mi también me gustan los días soleados y con su poquillo de la caló...
Aquí les dejo una foto de una mañana de estas en Arucas, nubes, lluvia e, incluso, frío...