martes, 8 de diciembre de 2015

Amaneceres...


Como poder, habría mil y una cosa que decir; cada momento hasta llegar es apoteósico, lo ves salir, de a poquito, lo único, que el clic-clac del teléfono aprecie tan sólo unos poquitos colores.
Una, dos, varias fotos, él, sin prisa pero sin pausa, se va asomando, un poquito más cada vez.
Mejor no contarlo, mirarlo, disfrutarlo... para eso viene.
Luego, el barco zarpa, la cubierta se llena de frío, ¡adentro!, al zoco, mañana será otro día.