lunes, 26 de agosto de 2013

Caminando sus calles...


En esa hora de la buena mañana, cuando investido de deportista al desuso te echas a la calle con ganas de dar un paseo, no para bajar, sino para que no te suban más los niveles..., te encuentras a vista de caminante con imágenes que habrás visto mil y una vez, pero que nunca te has parado a contemplar con el debido detenimiento; sacas el artilugio ese que además sirve para hablar y... cilc... la recoges, quizás no es la mejor, ni tan siquiera la definitiva, pero..., ¡ahí está! con su siglo y pico de historia, hermosa, maravilla salida de la mano del hombre, piedra sobre piedra, testigo mudo, o no, de la vida de sus ciudadanos.
Otro día la veremos, desde otro punto de vista, con otros tonos, pero siempre es la misma, la nuestra, la que ha recorrido miles y miles de carretes de otras tantas cámaras, que la han parado en el tiempo, cada una más bella que la anterior, pero todas parte de su majestuosidad.
Podría perderme, contando cosas, desde cuando era un chiquillo y corría en sus alrededores, pero es mejor mirarla, ver parte de su peculiar encanto, petreo, pero encanto.

2 comentarios:

  1. Pues tienes razón, a mi me pasa lo mismo, cada vez que miro veo algo nuevo o diferente. Solo hay que pararse a mirar. La foto muy chula.

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  2. Muy cierto. Las farolas son seres olvidados JAJAJAJA. Mardito roedó! Ya toy de vuelta.

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