jueves, 28 de noviembre de 2013

Cuántas veces las he puesto, y nunca dije nada... ni de ida ni de vuelta...


En el jardín, pasa el día, tirada al sol, luciendo en su esplendor mil y un colores, adorna el espacio, coloreando el hueco que vive, luciendo sus mejores galas.
Esta vez, sé que no es la primera, me quise parar, mirarla detenidamente, sentir su perfume acaramelado, y dejar que algunas gotas, de su inminente riego, resbalaran por mi cara. Son esos momentos en que, móvil en mano, ¡clic, clac! parada en un instante.
Nunca me había parado tanto, y pregunto ¿por qué, si siempre han estado mirándome?
Esta vez lo hice, aquí te la dejo, ¡disfrútala!, su tiempo es efímero.

4 comentarios:

  1. Esos momentos lúcido-poéticos, que a veces te cogen con cámara en mano, hay que aprovecharlos al máximo. De hecho, te ha salido una foto preciosa. en la que las gotas del rocío dan una viveza increible.

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  2. Mardito roedó, tienes tu más peligro cámara en mano que el fristro de la pradera.... Pero que fotos más chulas haces....

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    1. Na, toses de viejo, to son viruelas y goteras... claro, de todas formas gracias, espero que mi jardín me regale con algunas más, prometidas las tienes.... roedón de la pradera.

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