jueves, 4 de febrero de 2016
De mañanita... a su antojo...
Era -como ves-, esa hora muy de mañanita; a lo lejos, sale, como del agua, luminoso, como cada día, llenando, a bocajarro, el manto, a poco antes, era de la noche.
Merece -como sabes-, parar, clic-clac, luego... ¡ya veremos! Bellísima y majestuosa puesta en escena, todo conjuntado, nubes, agua... paisaje de lujo.
Ahí -lo que ves-, luego se fue agrandando, haciendo más hermoso, abriendo el día... iluminando -a su antojo-, cualquier resquicio, llenando -multicolor-, el gran espacio.
Luego -implacable-, el reloj... ¡ya no llego!
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